Aunque yo viva sembrando para ti tú no tienes que besarme mi raíz, aunque yo viva del néctar de tu olor tú no tienes que obligarte a darme amor. Si la marea te lleva a naufragar aquí estoy yo con mi vela a medio alzar. Si la resaca te encalla en arenal no dudes, yo te pueda desenterrar. Porque he vivido soñando un manantial para regar tu sonrisa forestal, al menos debes dejarme sostener la estrella pura que da mi atardecer.