Se nos ha ido la tarde en cantar una canción, en perseguir una nube y en deshojar una flor. Se nos ha ido la noche en decir una oración, en hablar con una estrella y en morir con una flor. Y se nos irá la aurora en volver a esa canción, en perseguir otra nube y en deshojar otra flor. Y se nos irá la vida sin sentir otro rumor que el del agua de las horas que se lleva el corazón...