Demente
por querer vivir contrario a la corriente,
por querer hacer las cosas diferente,
por decir que escucho, del cielo, una voz.
Demente
por creer que aún existen los milagros,
que no son casualidad ni tan extraños
porque me he acostumbrado a verlos en mí.
Porque he peleado mis mejores batallas
de rodillas en mi habitación,
porque he ofrendado tantas cosas valuables
sin esperar nada.
Porque he decidido poner mi confianza
en alguien que no puedes ver.
Júzgame, tú.
Júzgame, tú.
Demente
por creer en el perdón a toda cuesta,
aun cuando la herida fue violenta
y dejar que sea Dios el que deba pagar.
Demente
por mostrar amor a aquel que me rechaza
y creer que todavía hay esperanza,
con la fe de que un día su vida cambiará.
Porque escogería una muerte violenta
a cambio de negar mi fe.
El hombre podría matar mi cuerpo,
mas nunca el alma.
Porque he decidido poner mi confianza
en alguien que no puedes ver.
Júzgame, tú.
Júzgame, tú.
Porque he peleado mis mejores batallas
de rodillas en mi habitación,
porque he ofrendado tantas cosas valuables
sin esperar nada.
Porque he decidido poner mi confianza
en alguien que no puedes ver.
Júzgame, tú.
Júzgame, tú.